Introducción
Final Fantasy VII, veintitrés años más tarde, sigue siendo uno de los mejores juegos de su género. Al salir, marcó un antes y un después: la llegada del 3D impulsó a que la saga dé el salto a PlayStation, en un lanzamiento que se convirtió en un hito. Simplemente, las publicidades del juego poblaban toda revista de videojuegos habida y por haber, deslumbrando a todo jugador con sus imponentes gráficos. Poco a poco, su jugabilidad, su música y, sobre todo, sus personajes, se convirtieron íconos del medio. La saga continuó adelante, pero de manera intermitente Square Enix expandió el mundo de VII con diversos spin offs, entre los cuales resalta Crisis Core: Final Fantasy VII, el cual servía como precuela del título original y revelaba muchas sorpresas sobre su mundo. Cercano a este lanzamiento, otros dos importantes sucesos: por un lado, un film animado dirigido por Tetsuya Nomura, quien diseñó a los personajes del VII, Final Fantasy VII: Advent Children, una secuela de la historia. Por otro lado, Sony lanzaba la PlayStation 3 y Square Enix presentaba una demo técnica de… ¡Final Fantasy VII! Desde entonces, no hubo vuelta atrás: el clamor de los fans rugió de hemisferio a hemisferio: queríamos el remake de Final Fantasy VII. Pasaron años, y años, y años, pero finalmente el sueño de la reunión se cristalizó: Final Fantasy VII: Remake fue anununciado, sorpresivamente, en la E3 2015 de Sony. Y luego, más años de espera, de silencio. Una vez lanzado Kingdom Hearts III, otra saga insignia del género en cuyo timón también está Nomura, el marketing del Remake puso primera y no se detuvo hasta que finalmente llegó el día. Final Fantasy VII: Remake es una realidad, está aquí, y ya lo hemos jugado. ¿Está esta reinterpretación a la altura del original? Veamos.
Historia
Final Fantasy VII Remake adapta el primer acto del juego original. Para lograr que esta sea una experiencia completa en sí misma, expande absolutamente todo lo sucedido en este transcurso, otorgándoles más desarrollo a todos los personajes, a la vez que añade muchos nuevos detalles a través de historias secundarias y un final polémico no dejará a nadie indiferente. Además, no solo adapta el primer acto del original, sino que también trae distintos elementos de la Compilación, lo cual es un primer paso en transformar a este proyecto en la versión definitiva de Final Fantasy VII. A excepción de algunas partes puntuales, es una historia que puede ser entendida sin haber jugado ningún anterior juego, con secuencias emocionantes y muy bien logradas.
Uno de los principales aciertos es la construcción de su mundo. Midgar es una gigantesca urbe tras cuya fachada idónea hay gente viviendo en condiciones deplorables. En ese contexto, nuestras acciones como parte (o colaborador) de un grupo Bio Terrorista son, en teoría, en pos de un mundo mejor, liberado de Shinra, corporación que explota los recursos naturales y genera un desbalance de clases sociales tan pronunciado. No obstante, a medida que avanzan las escenas, nos preguntamos, ¿somos en verdad los buenos?
Asimismo, es menester mencionar que, si bien la historia tiene un principio, desarrollo y desenlace, también deja cabos sueltos, en estas instancias claramente desvelando su carácter episódico. Así que no teman si algo no cierra el todo, ya que, presuntamente, estas respuestas habrán de aguardar hasta las próximas entregas. Aun así, la gran mayoría de las implementaciones son más que bienvenidas: personajes que antaño eran terciarios, apenas apareciendo para saludar, son ahora secundarios completamente tridimensionales que aportan lo suyo al mundo del juego. Midgar nunca fue tan tangible como lo es ahora, y eso es en gran parte al guion.
Icónico es sin duda la primer palabra que a uno se le viene a la cabeza al hablar de los personajes de Final Fantasy VII. Cloud, Tifa, Aerith, Barret, Red XIII… todos ellos y más cuentan con un cuidado mimoso, con cada línea de diálogo sonando como nos imaginábamos que sonaban cuando jugamos al original hace ya muchos años. Y, al igual que sucede con el mundo, detrás de cada uno hay algo más de lo que aparentan: Tifa, si bien valiente y fuerte en el exterior, se ve atenazada por la congoja propia de un pasado trágico, así como también el incierto Cloud se ve constantemente acechado por un fantasma que no parece querer dejarlo ir…
Combate
Las peleas son puramente dinámicas, permitiéndonos con cuadrado atacar constantemente, llenando así unas barras (el clásico “Active Time Battle” o “ATB” del original) que nos permiten usar habilidades especiales, magia o ítems. Una vez cargada esta barra, abriremos un Menú de Comandos que realentiza el juego mientras decidimos qué acción realizar. Una vez realizados muchos ataques, llenaremos otra barra, la del “Limit Breaker”, que nos permitirá realizar un devastador (y épico) ataque, ideal para infligir mucho daño a los Bosses. Desde ya, aclaro que me pareció uno de los mejores combates en la historia de la saga. Combina de forma exitosa un combate espectacular y frenético sin nunca perder la parte más estratégica del mismo, propia de todo RPG.
Como es menester en este género, todo enemigo tiene su punto débil que, si explotamos, podremos dejarlos aturdidos momentáneamente, multiplicando así la efectividad de nuestros ataques. Esta mecánica, por supuesto, es muy similar a la utilizada en Final Fantasy XIII. La debilidad de cada enemigo es enteramente diferente: algunos son menos resistentes a ataques físicos, mientras que con otros deberemos usar una determinada magia para poder aturdirlos. Para averiguar esto, deberemos usar una Materia específica (“Assess”) que nos dará toda la información de nuestro contrincante: es de verdad digno de aplaudir, ya que todos los enemigos tienen sus particularidades, dándole distintas capas de complejidad y estrategia a cada batalla.
Donde mejor se aprecia el combate es en las múltiples Boss fights que acontecen a lo largo de los capítulos. Quienes hayan probado la demo habrán catado apenas una pequeña porción de la magnitud de estas, con distintas facetas que nos pide distintas estrategias, todo hilvanado con cinemáticas que se entrelazan con el gameplay de manera orgánica (si bien a veces estas interrumpen nuestro ataque y es un tanto molesto).
Si algo se le puede achacar al combate es que, más allá de todo lo que hace bien, es bastante fácil. Quizá es un aspecto que no es culpa del combate en sí, sino más bien de la IA. Creo haber perdido una docena de veces en mi primer pasada (dificultad normal), e incluso el Final Boss me pareció terriblemente sencillo de vencer, si bien el enfrentamiento es épico como pocos.
Magia
Funciona mediante unos orbs llamados Materia, lo que le será familiar a los allegados a la franquicia. Esta obra de manera muy similar al original, con muchos tipos de Materia que van desde los Cinco Elementos (hielo, fuego, etc) hasta otras que sirven más para defenderse, contra atacar (hay parry), y demás, incluyendo las épicas Invocaciones que nos permite contar con la ayuda de una mítica Deidad en el campo de batalla. Estas Invocaciones, si bien no las podemos usar siempre (mayormente se limita a las boss fights), son terriblemente épicas, como es costumbre de la franquicia. Ifrit, Shiva, Bahamut y más están de vuelta para darle una mano a nuestros personajes.
Por otro lado, es posible vincular Materia, logrando, entre otras cosas, que una magia en particular afecte a todos los enemigos (aunque reduciendo así su daño) o logrando que nuestro armamento haga uso de alguno de los Elementos. Suena un poco enrevesado, y en cierto punto lo es. Continuamente vamos a estar cambiando nuestra Materia dependiendo a qué personajes tengamos en nuestro equipo y a quiénes nos enfrentemos. Hubiera sido bienvenido un sistema para guardar configuraciones de Materia para ahorrarse todo este vaivén.
No obstante, la Materia es un pilar del combate del juego, como también lo había sido en 1997. Las distintas variaciones y cómo la implementemos será vital a la hora de batallar, y uno de los alicientes más divertidos de la aventura. Usar una Materia de Fuego en la espada de Cloud y ver cómo brincan las llamas con cada golpe es un placer visual absoluto.
Armamento
Cada personaje cuenta con hasta seis armas, las cuales, al igual que la Materia, irán subiendo de nivel a medida que avancemos en el juego. Cada arma tendrá su atributo particular, siendo algunas más efectivas en el combate cuerpo a cuerpo, otras nos darán más vida, y así sucesivamente. Asimismo, todas tienen distinta cantidad de slots para Materia y cuentan con una habilidad especial, la cual desbloquearemos para usar con el resto de las armas una vez que la hayamos usado lo suficiente. Por otro lado, distintas armaduras y accesorios modificarán nuestras estadísticas.
Niveles
El juego cuenta con 18 capítulos que se esparcen mayormente entre niveles lineales, donde entre batalla y batalla estaremos resolviendo pequeños puzles y habrá un mínimo de exploración si queremos hacernos con todos los ítems. A nivel general, el desarrollo de estos pasajes es cumplidor, si bien hay algunos capítulos que se sienten erráticos y hasta anticlimáticos, estirando secciones que a lo mejor deberían suceder más rápido. Por otro lado, otros capítulos suceden en “hub areas”, espacios más abiertos donde podremos realizar misiones secundarias, jugar mini juegos y oír las conversaciones de los NPCs, todos ellos con líneas únicas de diálogo que ayudan mucho a construir el mundo del juego. Y este es un punto en el cual quiero hacer énfasis, ya que fue para mí una de las grandes faltas de Final Fantasy XV. Todos, absolutamente todos los NPCs hablan y sí, naturalmente estas líneas de diálogo son dos o tres por sección, recién actualizándose cuando hayamos avanzado en la historia. Pero aun así, son muchos NPCs con muchas líneas de diálogo particulares para cada uno: algunos hablan de su vida privada, dándonos un vistazo al día a día de los habitantes de Midgar; otras conversaciones giran en torno a las acciones del jugador, lo cual da mayor relevancia a los eventos de la historia. Y, como si fuera poco, todo esto está doblado.
Las misiones secundarias, por su lado, son bastante genéricas, pidiéndonos ir a X lugar para derrotar algunos enemigos y probablemente agarrar algún ítem, pero no obstante todas (o casi todas) cuentan con personajes bien caracterizados que aportan su granito de arena al mundo, nunca sintiéndose azarosas.
Dentro de estas misiones secundarias es importante destacar a Chadley, un chico asociado con Shinra que busca ayudarte en tu misión con derrocar a la corporación. Las encomendaciones de este chico son siempre relacionadas al combate: derrota a tantos enemigos usando tal Materia; aturde a tantos otros… y así sucesivamente. Traigo a colación a este muchacho porque sus misiones nos recompensan siempre con nueva e interesante Materia (entre las cuales hay algunas Invocaciones), así que vale la pena el esfuerzo.
Otro apartado que en cierto punto se ramifica de las misiones secundarias es el de los ya mencionados minijuegos. Si bien no son la octava maravilla del mundo, cumplen, en especial las persecuciones con la moto (la música es increíble) y los ejercicios en el gimnasio de Wall Market. Estos últimos en especial me sacaron más de una risa (y mucho sudor, ya que su último nivel es más difícil que todos los bosses juntos).
Hay también algunas Arenas donde podremos medirnos contra diversos tipos de enemigos. No obstante, estas son bastante escuetas en contenido en una primera pasada, y recién reciben desafíos más dificultosos cuando rejugemos la aventura.
Duración
Al terminar el juego se nos permitirá elegir el capítulo que queramos para seguir jugando manteniendo nuestras estadísticas, con el nivel máximo siendo 50, techo que tocaremos seguramente al poco comenzar una nueva partida. Asimismo, es recién en esta segunda pasada donde podremos mejorar al máximo nuestras armas, ya que muchas mejoras se desbloquearán recién en esta instancia.
Las Arenas, como mencioné, reciben nuevos y desafiantes enemigos, entre los cuales se hallan algunos Bosses Secretos, por lo tanto vale la pena darle una oportunidad.
Podremos volver a pasar la aventura en difícil, donde no se nos permite el uso de ítems. En total, estamos hablando de un juego que oscila entre las 35 y 50 horas en una primera pasada, y unas 80 para obtener el platino.
Gráficos y Sonido
La presentación es sobresaliente, con cinemáticas muy bien dirigidas donde los protagonistas lucen mejor que nunca antes. Como si fuera poco, no solo hay cinemáticas con el motor gráfico del juego (Unreal Engine 4), sino que también hay algunas realizadas enteramente con CGI, que toman lugar en momentos puntuales y álgidos de la aventura. Las batallas con los bosses son aun más espectaculares gracias a la fidelidad gráfica, con animaciones verdaderamente muy logradas, y una tasa de cuadros que se mantiene inalterada en las treinta imágenes por segundo. No obstante, hay una contracara a todo esto: muchos entornos lucen pésimos, con texturas lavadas que parecen rehusarse a cargar, y fondos pre renderizados que pueden funcionar como todo lo contrario. En algunos niveles, los fondos logran dar tridimensionalidad al espacio, mientras que en otros lucen horriblemente planos, como un JPG de bajísima resolución. En sí un apartado mixto como pocos, pasando de verse mejor que cualquier film animado a verse bochornoso. Eso sí: los personajes principales siempre lucen relucientes.
La música es excelsa, trayendo gran parte de lo compuesto por Nobou Uematsu, usándolo como puntapié para construir distintas nuevas variaciones además de canciones completamente nuevas. Los encargados de llevar a cabo esta enorme labor fueron Masashi Hamauzu y Mitsuto Suzuki, y cumplieron con creces. Uno de los mejores soundtracks en la historia de la franquicia, lo cual no es poco viendo su historial. Mención aparte para la canción principal del título, “Hollow”, esta sí siendo compuesta por Uematsu. ¿Alguno se anima a descifrar el significado de su letra?
El doblaje en inglés es probablemente el mejor de la saga, donde destacan sobre todo las voces de Tifa y Red XIII. No obstante, ningún personaje se queda atrás, todos dándole su impronta a estos icónicos personajes. Me gustaron mucho también Biggs y Jessie, ambos personajes que en el original eran anecdóticos y ahora marcan un antes y un después notorio y eso es, no solo por el guion, sino que también por sus actuaciones. Solamente en contadas ocasiones algunas líneas se sienten forzadas, producto de doblar encima del doblaje original (en japonés, naturalmente).
Conclusión
Final Fantasy VII Remake es uno de los mejores juegos de la saga en mucho, mucho tiempo. Por un lado, se presenta a sí mismo como una carta de amor, rindiendo tributo a muchos aspectos del original, al tiempo que dialoga con su legado, abriéndole la puerta a nuevos interrogantes que tendrá a los fans debatiendo años y años. Sus falencias no opacan un juego mayormente compacto y hecho con mucho cariño, que volverá a enamorar a todos los fans a la vez que traerá muchas caras nuevas.
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