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22 octubre 2020

Reseñamos: Assassin’s Creed III

¿Podrá su nuevo protagonista mantener el legado de Ezio Auditore?



Ubisoft no sólo apuesta por la Revolución Americana como contexto inédito para contar la historia de un nuevo protagonista, sino que lo hace para enmarcar el cierre de la aventura de Desmond Miles, quien nos ha acompañado desde el inicio de la saga.

¡No te quedes sin ver nuestra video reseña!


El argumento de Assassin’s Creed 3 en el presente se retoma exactamente en el lugar donde terminó Assassin’s Creed: Revelations. La historia ‘simulada’ esta vez tendrá un nuevo enfoque y un nuevo protagonista: Nos meteremos en la piel de  Ratonhnhaké:ton, a quien luego conoceremos como Connor, un nativo de la tribu kanien’kehá:ka (pueblo indígena que le indujeron un mal llamado nombre “mohawk”)

Lo particular de este título es que tanto Desmond como Connor no serán los únicos puntos de vista jugables en el juego, siendo esto develado en los primeros minutos del juego y convirtiéndose en el mejor comienzo que ha tenido un Assassin’s Creed hasta la fecha.


La Revolución Norteamericana será el marco de esta nueva entrega

Connor será quien lleve el hilo de la historia, y nosotros lo seguiremos tanto en su niñez, como también en su adolescencia y posteriormente madurez, donde muy de pequeño conocerá la tragedia y la injusticia que servirán luego de motivación para convertirse en un héroe que toma partido y hace justicia por mano propia.

Debido a su crianza salvaje, Connor ataca como un depredador, encontrando así una razón narrativa sobre los movimientos del personaje, como el transportarse de rama a rama rápidamente, escalar más rápido o su brutal forma de asesinar en los combates. Connor es el asesino menos convencional de todos. Hemos visto a Altair o Ezio respetando el credo al pie de la letra, pero Connor no sólo lucha por su deber de asesino, sino también por su propia causa una que siempre se pone ante todas las cosas: Su pueblo.


Seremos testigos de la vida y evolución de Connor, tanto en su infancia como en su madurez

A pesar de un fuerte trasfondo que respalda sus motivaciones y los recursos empleados para empatizar con el protagonista, Connor no termina demostrando el mismo carisma ni peso en su personalidad a diferencia de Ezio Auditore, quien sí logró imponerse como un personaje fuerte en tres títulos de la saga. El sabor final que a uno le queda es de insatisfacción y algo de decepción, ya que Connor mostró tener los recursos suficientes para no hacer extrañar a Ezio, pero no estuvo a la altura.

Connor será protagonista de momentos claves dentro de la Revolución Norteamericana, como el recordado “Motín del té”, La declaración de la independencia, o las legendarias batallas en el cual no solo estaremos en la zona de guerra, sino en el momento previo, en aquellos grandes discursos que motivaron a los soldados. Y, por supuesto, nos encontraremos con grandes personalidades de la época, como Benjamin Franklin, Benedict Arnold o el mismísimo George Washington.


Personalidades icónicas como la de George Washington estarán presentes en esta entrega

Hay que destacar también la suma de protagonismo que tendrá Desmond en esta entrega, donde podrá vivir misiones como un verdadero Assassin ya con la capucha puesta en su propia era contemporánea. Estas son misiones con un alto voltaje de sigilo e infiltración, y una hermosa puesta en escena.

También está el agregado de conocer un poco más la relación de Desmond y su padre con mails que podremos acceder mediante una computadora, además de algún que otro mensaje misterioso, fiel a lo que nos viene acostumbrando la saga.


Desmond tendrá sus propias misiones de asesino y sus niveles tendrán una magnífica puesta en escena

La iniciativa de que Desmond no sea simplemente un interlocutor entre nosotros y el protagonista histórico es muy buena, y que él pase a la acción le da aire fresco a la saga. Pero todo esto queda derrumbado en el final de su historia, donde ningún interrogante que se ha venido cosechando a lo largo de la saga ha sido resuelto de forma explícita y sólo dispara incógnitas al aire que, ya con el diario del lunes y habiendo pasado 8 años del lanzamiento de este título, nos deja cada vez más la sensación de que este final carece de sentido, generando una decepción cada vez más grande cuando nos remitimos a ello. 



En términos de jugabilidad, Assassin’s Creed 3 es mucho más fluido que sus antecesores.

El parkour añadió en esta entrega la escalación de árboles. No solo llegaremos más rápido a nuestro objetivo, sino que nos permitirá desplazarnos fácilmente sin ser detectados por animales o enemigos, o esquivar el paso la espesa nieve que nos limitará nuestra velocidad.


Pasaremos mucho tiempo entre los árboles en esta entrega, donde serán nuestra principal vía de transporte

Otra de las novedades en la franquicia es la caza, donde habrá una amplia cantidad de animales para cazar con mecánicas diferentes para hacerlo. El enfrentamiento contra los animales más feroces se dará en un quick-time event de secuencia de botones al mejor estilo God of War, donde le saca intensidad y atractivo.

El sigilo es más pulido en esta entrega con respecto a las anteriores, donde ahora tendremos más opciones para escondernos y cada una de ellas está llevada a cabo con más dinamismo, así también como la posibilidad de silbar y atraer a los enemigos por sonido.


La mecánica de caza será un factor importante en la jugabilidad

También se pulió el apartado de la Hermandad. No sólo reclutaremos y entrenaremos a nuestros aspirantes dándoles las típicas misiones con diferentes dificultades, sino que cada recluta nuevo nos dará una nueva especialización: Desde tender emboscadas, matar desde lejos como francotirador, robar o hacer revueltas para distraer, o hacerse pasar por guardias para fingir que nos atraparon y pasar inadvertido.

El combate también trajo fluidez, con animaciones brutales y sangrientas y una variedad de armas muy amplia para usar. También está la opción de poder usar a nuestros rivales como escudo humano cuando vemos que un grupo de soldados está preparando su mosquete para ejecutarnos.


El combate es más agresivo y fluido, con baños de sangre asegurados

Se vuelven a encontrar las bombas de humo y dardos envenenados, aunque esta vez hay menos énfasis en el incentivo de su utilización. Una pena, ya que era un buen agregado de la anterior entrega.

Punto aparte para hablar de la increíble adición de las batallas navales.
Nos enfrentaremos a diferentes barcos, enormes y difíciles de hundir, y pequeños pero molestos, pero siempre tenemos diferentes formas de matarlos: Desde un cañón independiente para encajar una bala en donde queramos, a una ráfaga lateral para tratar de destruir los barcos. Y si no es suficiente, podremos chocar y hacer un gran daño con la parte delantera de nuestro bote.

Se añade también que nuestro propio barco se podrá mejorar, incorporando desde un mejor timón, hasta nueva munición o partes mas resistentes.


Las espectaculares batallas navales son un punto alto en Assassin’s Creed 3

El clima también se hará presente en la guerra naval: experimentaremos desde un buen cielo con un mar de color azul brillante, como también tormentas con olas gigantes a las que tendremos que cubrirnos, y una lluvia incesante con rayos a plena vista.
No es lo mismo pelear en la tormenta que pelear en un día soleado. La tormenta nos beneficiara como nos perjudicara: El movimiento del mar es uniforme, por lo que puede que las olas mismas amortigüen nuestros tiros, o lo de los enemigos.
Tampoco se quedara afuera la típica neblina, imposibilitándonos la visión hacia los enemigos o rocas próximas.



Ubisoft avanzó muchísimo en esta entrega con el trabajo facial. No solo de los protagonistas, sino de todos los personajes en si: Podemos ver una gran sincronía de labios, apreciar cada movimiento facial o cada reacción, siendo algo que carecía en las entregas anteriores.

En las peleas también hay un trabajo gráfico muy pulido, sobre todo en el movimiento de las armas, el choque y las chispas que se originan, como también en la sangre: Podremos apreciar como Connor y el resto de los personajes se empapan en sangre en cada asesinato.


La evolución gráfica en Assassin’s Creed 3 es notable con respecto a sus antecesores

Dentro de las batallas navales hay también un trabajo muy bien realizado, sobre todo en la destrucción del mismo barco: Se puede apreciar como partes de tu navío se prende fuego, y cómo yacen también cuerpos de marineros en la cubierta.
El trabajo que hay en el mar y los movimientos del mismo barco, junto con su interacción con el clima se trabajaron de forma increíble, ofreciéndonos un verdadero espectáculo en cada batalla.

Con los ciudadanos también viene un cambio radical: No se puede matar a ninguno. Tal vez esta decisión tenga algo que ver con la incorporación de niños al mundo sandbox de Assassins Creed 3, algo inédito en el género.

El juego también es muy detallado en su mundo abierto, teniendo cuatro zonas para explorar: Boston, Nueva York, La Frontera y la Hacienda Davenport. Cada una de ellas tiene una estética propia, donde el detalle a resaltar está en la cantidad de población que podremos encontrarnos y cuan viva esta se siente.


Boston, Nueva York, La Frontera y la Hacienda Davenport nos ofrecerán mucho por explorar

Los ciudadanos y pobladores dan un ambiente de realismo notable. Podremos ver todo tipo de actividades a lo largo del mapa: mujeres que ordeñan y llevan la leche, granjeros que trabajan la tierra, gente sentada alrededor de una fogata hablando (hasta podremos acceder a sus conversaciones y resolver varios de los misterios que plantean), borrachos tirados en la calle, gente llevando diversos objetos, etc.



En cuanto al sonido, Assassin’s Creed 3 sigue la línea de buen trabajo que venía haciendo con el resto de sus títulos, ofreciéndonos una banda sonora épica y memorable que entona muy bien con el contexto de la historia.

El pulido facial con mayor precisión en la sincronización de labios hace que el trabajo de doblaje y de los actores de voces se pueda apreciar mucho más.

Un ejemplo de la música que nos acompaña en la aventura.

Se resalta el trabajo sonoro que hay en la ambientación de las calles, inclusive también dentro del barco, como los diálogos que se escuchan de fondo entre los marineros, o los movimientos de los mismos: cuando amarran, acomodan, limpian o preparan cañones.



El multiplayer trae ahora el nuevo modo “Manada de lobos”, donde los jugadores jugarán un cooperativo para ver quien consigue mayor puntaje en determinado tiempo al matar a sus targets seleccionados.

Volverán los modos antiguos, pero con pequeñas modificaciones: Ahora se simplificará todo aún más, con el mismo botón aturdiremos y asesinaremos.


El multijugador vuelve a decir presente y esta vez con notables mejoras

Gráficamente, el multijugador también recibe su upgrade: Podremos luchar con la nieve y ver a nuestros personajes completamente nevados. También, en el momento de “ocultarse”, todo será más dinámico y hasta interactivo.

El jugador poseerá también mas ítems para personalizar a sus personajes y más listas de habilidades para usar en los modos de juego.



Assassin’s Creed 3 es un gran videojuego, que supo pulir y elevar técnicamente sus entregas anteriores con un mundo riquísimo en detalles y ambientación, como también en la propuesta y ejecución de nuevas ideas y conceptos que le dieron mucha frescura a la saga. Pero todas estas mejoras evidentes pierden mucha fuerza al no estar a la altura del clímax que venía prometiendo la saga, con un final que nos deja sumamente insatisfechos para su protagonista principal, y con un nuevo protagonista que nunca termina de estar a la altura de lo que la saga nos venía acostumbrando de la mano de Ezio.
Aún así, esta entrega sí termina siendo un buen juego para la saga Assassin’s Creed, pero un punto de inflexión perjudicial para la historia de las futuras entregas.


Autor:

Manuel García

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