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30 septiembre 2022

Primeras impresiones: FIFA 23

Más de lo mismo, ¿pero acaso quería otra cosa?



Cada vez que nos acercamos al lanzamiento de un nuevo FIFA, no dejan de aparecer los mismos comentarios sobre la saga. Que siempre es lo mismo, que no pueden estar cobrando tanto por una copia de la entrega anterior, que las microtransacciones son malas, etcétera. Si bien entiendo estas opiniones, y en parte las comparto, la realidad es que cada año me molestan menos estas cuestiones, y en cambio intento disfrutar todo lo que nos trae cada entrega nueva.

En las semanas previas al lanzamiento de FIFA 23, me la pasé pensando en todo lo que haría en Ultimate Team este año. Pensé en cómo armaría mi equipo, qué jugadores elegiría, cómo conseguiría las monedas para comprarlos, y demás. Puedo decir que mi experiencia con el juego empezó incluso antes de su lanzamiento; también de forma literal, ya que EA Sports permitió que se empiecen a abrir sobres y usar el mercado días antes de su salida.

Empezando por el mencionado Ultimate Team, este año cuenta con algunos cambios clave. El más notable de ellos es el del nuevo sistema de química, que cambia por completo luego de años de vigencia, para que sea más “realista” y quizás complejo. Muchos han llegado a odiarlo y criticaron a la desarrolladora por probar algo nuevo, pero de mi parte aplaudo que se experimente con esto, y de alguna forma hace que sea más interesante armar equipos.



Fuera de eso, la experiencia de FUT sigue siendo más o menos la misma, y esto es algo que celebro. El sentimiento de comunidad, ver cómo salen nuevas cartas de nuestros jugadores favoritos, descubrir algunos que terminan siendo revelaciones, y aprovechar el mercado para conseguir más y más monedas, es algo que simplemente me llama mucho la atención. Que sea polémico por su aspecto de RNG y grind es algo que entiendo, pero en FIFA 23 sigue siendo tan satisfactorio para mí como lo fue siempre.

Otro modo que probé fue Clubes Pro, y opino algo similar que con FUT: disfrutarlo con amigos continúa siendo súper entretenido. Que cada uno tenga su propio jugador y poder competir contra otros grupos de amigos es una fórmula que no puede fallar. Las novedades en este caso son más opciones de personalización y una progresión que requiere menos grind; nada muy trascendental, pero que se aprecia de todas maneras y que mejora una experiencia que ya era sólida.

Poco puedo decir del Modo Carrera ya que apenas lo toqué, más allá de que la inclusión de Ted Lasso me parece uno de los mayores aciertos de la saga en los últimos años. Para quienes no sepan, incorporaron al personaje y el club ficticio de la homónima serie de Apple TV+, y aquellos que la hayan visto coincidirán en que se trata de un crossover que calza a la perfección. Poder jugar como él y controlar aquel equipo es algo que alegrará a cualquier fanático de aquel programa.



Ahora sí, lo que muchos quieren saber: el gameplay. Para esta edición, EA Sports arregló el error más alevoso de la entrega anterior, y le dio la versión next-gen a PC. Ahora esta plataforma cuenta con crossplay con PS5 y Xbox Series X|S, mientras que PS4 y Xbox One tienen una versión distinta del juego. Pero, ¿cuál tiene la mejor jugabilidad? La realidad es que es algo completamente subjetivo, y dependerá de tus gustos.

Mientras que la versión old-gen de FIFA 23 es más rápida y estilo arcade, la presente en PC (la que probé yo) se la juega por ser más apegada a la realidad, orientada a los pases, y lenta. Noté una mejora sustancial entre este gameplay y el presente en la versión next-gen de FIFA 22, sobre todo en algunas animaciones, regates, y tiros. Sobre todo el disparo a tres dedos y el “zapatazo” son dos enormes aciertos, que no solo agradan estéticamente, sino que proveen nuevas opciones en el juego ofensivo.



Defender es más satisfactorio que nunca, con barridas en las que se siente el peso y la gravedad de ambos jugadores, y entradas que pueden llevar a un contraataque rápido. Los pases pueden costar al principio, pero una vez que uno se acostumbra, armar ocasiones desde la posesión es algo muy satisfactorio. Y en el ataque se siente muy bien desbordar, regatear, y llegar al arco para definir, donde ahí notaremos otro detalle que suma mucho: el movimiento fluido de la red al recibir la pelota a toda velocidad.

Entonces, ¿vale la pena jugar FIFA 23? La verdad es que sigue habiendo bugs y problemas de interfaz, no hay mayores novedades que convenzan a alguien que ya no sea fan de la franquicia, el gameplay puede llegar a desagradar a los que sí sean fans, y las microtransacciones están tan presentes como siempre. Pero estaría mintiendo si dijera que no me la paso pensando en mi equipo de Ultimate Team y mi jugador de Clubes Pro, mientras que espero al próximo partido para convertir un gol que gritaré y recordaré con aprecio.


Autor:

Iván Castillo

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