Un ex-empleado del estudio, Charles Randall, compartió información por medio de su Twitter sobre una anécdota del desarrollo en su etapa final, donde contó que el proyecto estaba listo para ser enviado hasta que el presidente de la compañía, Yves Guillemot, le dejó probar a su hijo una copia y fue él quien le le dijo que “era aburrido y que no había nada que hacer en el juego”.
Fue después de ese momento que Guillemot le estableció al ex-trabajador que debían agregar “actividades paralelas”, el cual contaba con un plan aportado por el creador y director de la saga por aquel momento, Patrice Désilets, pero que necesitaban de su ayuda.
Posteriormente, esto fue lo que pasó:
“Tenemos que poner todas estas misiones secundarias en el juego en cinco días, y tienen que estar libres de errores, porque la construcción se grabará directamente en el disco y se lanzará al por menor”, y continuó con: “Así es como yo y otras ¿4 o 5? personas terminaron en el edificio principal de conferencias del Edifice Peck en Montreal, al que normalmente solo se puede acceder con una tarjeta especial. Solo éramos nosotros los que teníamos acceso, a nadie más se le permitió entrar. Teníamos todas nuestras computadoras trasladadas allí”
“De todos modos, el resto es borroso, pero sé que salió súper bien, porque lo hicimos. Logramos implementar todo en 5 días. Y estaba libre de errores… casi”.
Charles Randall, ex-empleado de Ubisoft (vía Twitter) (0) (1) (2) (3)
Randall también mencionó que no recuerda muy bien lo que sucedió en ese período (y esto lo reafirma), no obstante comentó que “es un milagro que el juego no haya derretido sus consolas”.
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